En la realidad de la inmortalidad del alma y de los múltiples viajes reencarnatorios, se advierte en el individuo que transita una nueva existencia carnal, múltiples variables, en las constituciones físicas, genéticas, hereditarias, hombres con ciertas capacidades y otros con tantas incapacidades, nacimientos en las facilidades de un ambiente familiar y otros en un aparente abandono. Llagas, que ya al inicio de esta nueva existencia presenta al ser que reencarna, en el cuerpo físico moldeado y con situaciones planificadas, el proyecto existencial para perfeccionar las conquistas que aún no haya logrado en experiencias pasadas. Para comprender el mecanismo de acción del Espíritu para la formación de este nuevo cuerpo, es importante comprender, el vínculo, la conexión entre uno y otro, el periespíritu.
Nos presentaba el noble codificador del Espiritismo, Allan Kardec:
«Para cosas nuevas, palabras nuevas».
Surge el término, acuñado por Kardec, para hacer comprensible la acción del Espíritu sobre la materia, a través del ahora conocido periespíritu.
peri (del griego) = alrededor; spiritus (del latín) = espíritu
La Esencia del Periespíritu
Acuñaremos el artículo en torno a las reflexiones de Manoel Philomeno de Miranda, que recopila magistralmente la esencia del periespíritu.
“Portador de la capacidad plasmática expresiva, el periespíritu registra todas las acciones del Espíritu a través de los sutiles mecanismos de la mente que actúa sobre él, estableciendo los futuros parámetros de comportamiento, que serán fijados por automatismos vibratorios en las reencarnaciones por venir.
Cuerpo intermediario entre el ser pensante, eterno y los equipamientos físicos transitorios, a través de él se procesan las imposiciones de la mente sobre la materia y sus efectos a cambio de la causa generadora.
Captando el impulso del pensamiento y computando la respuesta de la acción, a él se incorporan los fenómenos de la conducta actual del hombre, programando así los éxitos por venir, mediante los cuales se mejorarán las conquistas, se corregirán los errores y se repararán los daños de estos últimos derivados.
Constituido por campos de fuerza muy especiales, irradia vibraciones específicas portadoras de carga propia, que proporcionan una perfecta sintonía con energías similares, estableciendo un conjunto de afinidad y repulsión según las ondas emitidas.
Así, cuando en el momento de la reencarnación el Espíritu es reenviado por necesidad evolutiva a los futuros padres, en el momento de la fecundación el gameto masculino victorioso fue impulsado por la energía del periespíritu del reencarnante, que en aquel espermatozoide encontró los factores genéticos que necesitaba para la programática a la cual se debe someter.
A partir de ese momento, los códigos genéticos de la hereditariedad, en consonancia con el contenido vibratorio de los registros periespirituales, van organizando el cuerpo que habitará el Espíritu.
Como es cierto que, en casos especiales, existe toda una elaboración del programa para el reencarnante, en general, los automatismos vibratorios de las Leyes de la Causalidad responden por la ocurrencia, que nunca tiene lugar al acaso.
Todo elemento irradia vibraciones que tipifican la especie y son por su constitución”. (9)
Es necesario comprender cómo las patologías, malformaciones congénitas, síndromes y varios otros cambios en la formación física del cuerpo, tienen sus causas relacionadas con las marcas impresas en este periespíritu en jornadas pasadas, resultado de actos que marcaron y deformaron este cuerpo semimaterial, como resultado de acciones individuales equivocadas, que en este momento, reflejan la patología en este cuerpo físico.
Creado simple e ignorante, atraviesa múltiples jornadas reencarnatorias, ganando experiencias y acumulando victorias y derrotas. Analizando un cuerpo físico, exclusivamente desde el punto de vista material, se puede apreciar que un hombre que mantenía sus horas de trabajo en las exigencias de un azadón, sometido a las inclemencias del clima, a los excesos de peso, en la cosecha áspera, enfrentando las piedritas y espinas, ver a su cuerpo físico durante la jornada con diferentes marcas, como la piel desgarrada por el sol, las articulaciones deformadas por el duro peso del trabajo, las cicatrices de los accidentes en el camino, las manos deformadas por las exigencias del trabajo en el campo. De forma similar, desde un punto de vista espiritual, veremos que el periespíritu también registrará sus marcas según la conducta moral del individuo, en las caídas inferiores de los instintos primarios de la criatura, como en la sexolatría, la codicia, el robo, el homicidio, el suicidio y tantas otras conductas reprochables, conducidas por el orgullo y el egoísmo.
Las marcas pueden ser evaluadas como un reflejo en nuestro cuerpo físico, cuando bien comprendidas, se nota que son los mecanismos para la mejora de este cuerpo fluídico, por el avance moral del Espíritu. De la misma manera, el mirar las manos deformadas del agricultor, quien al reflexionar sobre su existencia, se da cuenta de que a través de la fuerza de su trabajo y esfuerzo puede alimentar a sus hijos, educarlos y brindar dignidad a su familia, agradecerá la oportunidad del trabajo, sin maldecir las secuelas físicas de tales conquistas. Al analizar desde el punto de vista del Espíritu, las marcas que quedaron impresas en el periespíritu que hoy se reflejan en las deformidades o deficiencia del organismo físico, a la luz de la inmortalidad, serán la llave del progreso de aquel Espíritu que expía el mal cometido anteriormente, lo que prueba su avance moral. En una existencia, donde el sufrimiento y el dolor pueden haber marcado su vida física, reflejo de los actos del pasado, los beneficios obtenidos para el progreso de su Espíritu inmortal, apoyados en la resignación, prevé el Camino de regreso a la casa del Padre, como hijo pródigo de antaño.
El conjunto – Espíritu o mente, periespíritu o psicosoma, es tan extrañamente conjugado en el proceso de reencarnación que, en cualquier período de la existencia, se articulan o deshacen sucesivos equipamientos que provienen de la acción de uno sobre el otro. El Espíritu aspira y el periespíritu actúa sobre los implementos materiales, dando lugar a respuestas orgánicas o hechos que retoman a la fuente original, como efecto de la acción física que el mismo cuerpo transfiere al ser eterno, otorgándole crédito o débito que se incorpora a la economía de la vida planetaria. (9)
Periespíritu en las obras básicas de Allan Kardec
Para la construcción de un edificio, tan alto como el entender del sentido de la vida, necesitamos construir bases firmes, para avanzar en una comprensión plena, real.
Construir una razón digna, evolutiva, capaz de construir nuestra fe, en la realidad filosófica, científica y religiosa. La base de los estudios del periespíritu tiene orígenes anteriores al Espiritismo, pero a través de estas nobles enseñanzas de los Espíritus para Kardec, se forma una base singular de entendimiento, para profundizar los estudios de la realidad del periespíritu, como se presenta a continuación.
En la introducción de El Libro de los Espíritus (1) encontramos la siguiente lección:
“En el hombre hay tres cosas: 1ª el cuerpo o ser material, análogo a los animales y animado por el mismo principio vital; 2ª el alma o ser inmaterial, Espíritu encarnado en el cuerpo; 3ª el lazo que une el alma al cuerpo, principio intermediario entre la materia y el Espíritu”.
”El lazo o periespíritu que une el Espíritu al cuerpo es una especie de envoltura semimaterial. La muerte es la destrucción de la envoltura más densa. El Espíritu conserva la segunda, que constituye para él un cuerpo etéreo, invisible para nosotros en su estado normal, aunque puede volverse accidentalmente visible, e incluso tangible, como sucede en el fenómeno de las apariciones”.
En la célebre obra, base fundamental de la Doctrina Espírita, El libro de los Espíritus, Allan Kardec reserva tres preguntas específicas sobre el periespíritu, tornando todavía más claro su entendimiento y su importancia para realmente comprender las leyes Divinas para el alma humana.
Encontramos en el Libro de los Espíritus (1):
Pregunta 93 – El Espíritu propiamente dicho, ¿está descubierto o, como algunos pretenden, rodeado de alguna sustancia?
El Espíritu está envuelto en una sustancia vaporosa para ti, pero todavía muy densa para nosotros; aunque suficientemente vaporosa como para elevarse en la atmósfera y transportarse adonde quiera.
Comentario de Kardec: Así como el germen de un fruto está circundado por el perisperma, del mismo modo el Espíritu propiamente dicho está rodeado de una envoltura que, por comparación, podemos denominar periespíritu.
Pregunta 94 – ¿De dónde saca el Espíritu su envoltura semimaterial?
Del fluido universal de cada planeta. Es por eso que no es la misma en todos los mundos. Al pasar de un mundo a otro el Espíritu cambia de envoltura, como vosotros cambiáis de vestimenta.
Pregunta 94-a – Así, cuando los Espíritus que habitan en mundos superiores vienen al nuestro, ¿toman un periespíritu más denso?
Es necesario que se revistan con vuestra materia; ya lo hemos dicho.
Pregunta 95 – La envoltura semimaterial del Espíritu, ¿presenta formas determinadas y puede ser perceptible?
Sí, una forma al arbitrio del Espíritu, y es así se os aparece algunas veces, ya sea en sueños o también en estado de vigilia, pudiendo tomar una forma visible e incluso palpable. (1)
Además de la función de envoltura del Espíritu, el periespíritu presenta varias funciones y propiedades, que Kardec deja claro en el Libro de los Médiums cuando nos dice: “El periespíritu es como el conductor eléctrico que sirve para la recepción y la transmisión del pensamiento, desempeña un gran papel en la economía orgánica en los fenómenos fisiológicos y patológicos. (2)
En el libro Obras Póstumas, encontramos que, “se puede decir que el cuerpo recibe la impresión, el periespíritu la transmite y el Espíritu, que es el ser sensible e inteligente, la recibe. Cuando el acto es de iniciativa del Espíritu, se puede decir que el Espíritu lo quiere, el periespíritu lo transmite y el cuerpo lo ejecuta”. (3), siendo de esta manera, se puede comprender las relaciones de los estímulos del mundo exterior a través del cuerpo sensorial, somático, hacia el Espíritu y los comandos del Espíritu para las acciones en el cuerpo, considerando que el intermediario de estas informaciones es el periespíritu.
Toda acción tiene su causa en el Espíritu que a través de su voluntad mueve y activa las acciones a través del cuerpo físico, y este, siendo el “burrito” como cariñosamente llamó Francisco de Asís a su cuerpo físico, es capaz de poner el Espíritu en prueba y también expiaciones.
La benefactora Joanna de Ângelis, a través de las bendecidas manos de Divaldo Franco, en el libro Dias Gloriosos enseña:
“Gracias al contenido vibrante de cada emisión de pensamiento, la carga estimula la conciencia celular que se siente más fortalecida, generando salud, o se desarmoniza, produciendo enfermedad »
y
“…porque las descargas producidas por los sentimientos viles producen toxinas con un alto contenido hormonal que modifican los códigos del ADN, fijando en ellos el tipo de onda y su procedencia perturbadora”. (10)
El Ser, de forma activa e individual, vuelve a ser convocado al progreso y perfeccionamiento en esta lucha intransferible, donde las mejores herramientas serán el avance intelectual para servir de apoyo al salto magnífico de la conquista de la moralidad y asumir activamente el control de los pensamientos, de las ideas formuladas, asumiendo la responsabilidad y trabando la buena batalla en la construcción de las acciones edificantes, siendo capaz en este momento, realizar las conquistas íntimas para tejer la túnica nupcial, como propuso Jesús, purificando su periespíritu por las acciones dignificantes que está convocado a hacer en esta actual existencia.
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Funciones del periespíritu
“Es de formación sutil, entretejida en recursos dinámicos, extremadamente porosa y plástica, en cuyo tejido las células, en otra banda vibratoria, frente al sistema de intercambio visceralmente renovado, se distribuyen más o menos a la forma de las partículas coloides, con la respectiva carga eléctrica comportándose en el espacio según su condición específica, y presentando estados morfológicos según el campo mental al que se ajusta”. (4)
De esta forma, teniendo conocimiento sobre las funciones y propiedades del periespíritu, concluimos que el individuo es el artesano de su propia conducción:
Función instrumental:
Como se desprende de su propio concepto, la función primordial del periespíritu es servir como instrumento al alma, en su interacción con los mundos espiritual y físico. (5) Vehículo para la transmisión de las impresiones fisiológicas, sensaciones y percepciones psicológicas. (4)
Función individualizadora:
El periespíritu, cuerpo imperecedero del Alma, sirve a su individualización e identificación. El alma es única y diferenciada, y el periespíritu, como su perenne envoltura, la muestra, reflejándola, asegurando su identidad exclusiva. Sin embargo, no se trata de una identidad que se diga solo con características periféricas; se refiere, sí, a su propia historia, a sus características evolutivas particulares. (5)
Función organizadora:
La función organizadora del periespíritu aparece especialmente notable en el proceso de reencarnación, en el que el ritmo morfogenético, relacionado con el modelado de sistemas biológicos: células, tejidos, órganos, conduce a la formación de un nuevo cuerpo físico estrictamente estructurado de acuerdo con las características que marcan el cuerpo espiritual, modelo por excelencia. (5).
El periespíritu es también un cuerpo organizado que, representando el molde fundamental de la existencia del hombre, subsiste más allá del sepulcro, permaneciendo en la región que le es propia. (6)
Modelo Organizador Biológico – MOB «Capaz de actuar sobre la materia orgánica y provocar el desarrollo biológico». (7).
Función sustentadora:
El periespíritu, impregnándose de energía vital y trasladándola paulatinamente, al impulso del alma, para el vehículo físico, sosteniéndole desde la formación hasta el completo crecimiento, conservándolo, posteriormente, en la vida adulta, por el tiempo necesario. Otro aspecto importante está relacionado con la salud física en sí, mantenida por la acción fundamental del sistema inmunológico, que, a su vez, es sostenido por el periespíritu. Prueba de ello se deriva, por ejemplo, incluso del hecho de que la inmunodeficiencia, como podemos ver hoy, está estrechamente vinculada a factores que dicen, principalmente, con el equilibrio emocional. Desde la embriogénesis hasta la muerte, el periespíritu sostiene y mantiene el cuerpo físico. (5)
Insensible a las causas de desintegración y destrucción que afectan al cuerpo físico, el periespíritu asegura la estabilidad de la vida en medio de la renovación continua de las células. Es el modelo invisible a través del cual las partículas orgánicas pasan y se suceden obedeciendo a líneas de fuerza, cuyo encuentro constituye este diseño, este plan inmutable, reconocido por Claude Bernard como necesario para mantener la forma humana en medio de las constantes modificaciones y de la renovación de los átomos. (8)
Propriedades del periespíritu
Plasticidad
Propiedad que permite que el periespíritu se ajuste al comando de la mente espiritual. Ese poder plástico es más amplio en los Espíritus superiores, los menos evolucionados pueden presentar graves modificaciones en el periespíritu – zoantropía y ovoidización. (5)
Luminosidad
Propiedad relacionada a la densidad. La fluidez revela densidad menor y, cuanto menos denso, más luz emite. (5)
Penetrabilidad
Indica que el periespíritu de los Espíritus de mediana y superior evolución no encuentran dificultad para atravesar la materia del plano físico. (5)
Visibilidad
El periespíritu es usualmente invisible al encarnado, el médium vidente consigue ver la forma en que el desencarnado se presenta. (5)
Sensibilidad
En el Espíritu desencarnado, las sensaciones y percepciones son generales, captadas en toda la extensión del periespíritu, muy diferente de las localizadas o compartimentado del cuerpo somático. «Así, ve, oye, siente, en fin con todo el cuerpo periespiritual». (5)
Expansibilidad
El periespíritu es indivisible, pero puede expandirse mucho, ampliando la capacidad de visión y percepción del Espíritu. Por la expansibilidad, muy relacionada a la plasticidad, ocurren los fenómenos de bicorporiedad – tal como sucedía con Eurípedes Barsanulfo y con Antônio de Pádua – permite que el cuerpo físico del encarnado sea visto en un local y su periespíritu en otro. Tal propriedad sugiere, a los que desconocen como ocurre el fenómeno, la falsa impresión de que la persona está dividida en dos, ya que es vista en lugares diferentes. Poder de ampliar el campo de sensibilidad y de percepción. ◦ Exteriorización de la sensibilidad (videncia, por ejemplo). Emancipación del alma (desdoblamiento) (5)
Cepa de Vid
Vale la pena meditar y reflexionar, en la comprensión del alma como enseña Kardec, recordando la pregunta:
134 de El Libro de los Espíritus (1) – ¿Qué es el alma?
Un Espíritu encarnado.
134 – a) ¿Qué era el alma antes de unirse al cuerpo?
Espíritu.
134 – b) ¿Las almas y los Espíritus son, por lo tanto, idénticos, la misma cosa?
Sí, las almas no son más que espíritus. Antes de unirse al cuerpo, el alma es uno de los seres inteligentes que pueblan el mundo invisible, los cuales temporalmente se revisten de una envoltura carnal para purificarse y aclararse. (1)
Es importante recordar que el periespíritu es la envoltura del Espíritu, es decir, está presente cuando un Espíritu está encarnado o desencarnado.
En la figura de la Cepa de vid, tenemos una bella obra para hacernos entender tal complejidad.
“Pondrás la cepa que diseñamos para ti en el encabezado del libro, porque es el emblema del trabajo del Creador. Allí se encuentran reunidos todos los principios materiales que mejor pueden representar el cuerpo y el Espíritu. El cuerpo es la cepa; el Espíritu es el licor; el alma o Espíritu unido a la materia es la baya. El hombre es la quintaesencia del espíritu a través del trabajo y usted sabe que solo a través del trabajo del cuerpo el Espíritu adquiere conocimientos”. (1)
Bibliografía
- Allan Kardec – O Livro dos Espíritos (El Libro de los Espíritus) (1)
- Allan Kardec – O Livro dos Médiuns (El Libro de los Médiums) (2)
- Allan Kardec – Obras Póstumas (3)
- Francisco Cândido Xavier e André Luiz – Evolução em Dois Mundos (Evolución en Dos Mundos) (4)
- Zalmino Zimmermann – Perispírito (Periespíritu) (5)
- Francisco Cândido Xavier e Emmanuel – Roteiro (Recorrido) (6)
- Hernani Guimarães Andrade – Espírito, perispírito e alma: Ensaio sobre o modelo organizador biológico (Espíritu, periespíritu y alma: Ensayo sobre el modelo organizador biológico) (7)
- Léon Denis – No invisível (En lo invisible) (8)
- Divaldo Franco e Manoel Philomeno de Miranda – Temas da vida e da morte (Temas de la vida y de la muerte) (9)
- Divaldo Franco e Joanna de Ângelis – Dias Gloriosos (Días Gloriosos) (10)