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Caridad: ¿Qué es, importancia y cómo practicar?

La caridad es una conquista del ser humano en su camino de evolución, en la medida en que las criaturas comprendamos mejor el significado profundo de la caridad, buscando practicarla en nuestros pensamientos y acciones, estaremos cambiando para mejor y caminando hacia una sociedad más justa e igualitaria, donde el dolor y el sufrimiento de unos afectarán a otros, moviendo a las criaturas a ser, de hecho, más seres humanos.

¿Qué es practicar la caridad?

La práctica de la Caridad implica la transformación del individuo para mejor. En sus diversos niveles, la caridad es una clara evidencia de que quien busca practicarla, ya comienza y ve el mundo, más allá de sus necesidades, es el principio de un cambio gradual del sentido egoico del ser, en dirección al altruismo, donde el otro me importa, de esta forma, contribuyendo a la caridad, también para que el ser se integre cada vez más en el entorno social en el que está inserido.

Practicar la Caridad es intentar ponerse en el lugar de quien vive el dolor, el sufrimiento y la necesidad, y que no siempre es lo que le pide, y tener la capacidad de entender lo que él necesita, cómo él debe estar viviendo ese momento, en un movimiento voluntario que se inicia por el sentimiento de solidaridad, llevándonos a concluir que la práctica de la caridad, no solo me torna un ser mejor, sino que también me permite vivir mejor, porque cada vez que algo se mueve a favor de alguien, son sentimientos que se mueven en el íntimo de quien busca actuar, movido por el bien y en consecuencia, tiene de retorno el bien, así, lentamente empieza a construir una vida mejor, a pesar de los desafíos y obstáculos naturales de todos los que hacemos prácticas en el planeta.

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¿Cuál es la importancia de hacer caridad?

Entonces hacer caridad es algo de gran importancia, podemos afirmar que es un ejercicio de transformación moral, porque cuando entendemos que podemos, y debemos, hacer caridad, es necesario que dejemos el confort de la indiferencia, de los cuidados y ocupaciones con el bienestar propio, mi bien vivir y de los que son cercanos a mí solamente, y requiere un compromiso para olvidarme momentáneamente de mí mismo y hacer este movimiento en la dirección del otro, que no siempre lo demuestra o lo pide. Podemos imaginarnos el gran significado de hacer algo por alguien que no nos pidió, pero que nos damos cuenta de que es una persona necesitada y entonces extendemos la mano en ayuda, porque imaginamos el dolor, suponemos la carencia y anticipando el dolor, el gesto caritativo minimiza aquel momento doloroso, ahí si nos estaremos conduciendo como verdaderos Cristianos.

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La caridad y el Espiritismo

La caridad tiene una relación directa con el Espiritismo, ya que la Doctrina Espírita adopta la directriz de que “Fuera de la Caridad no hay salvación” porque, como Doctrina que aclara y consuela, el Espiritismo en su esencia, a través del contenido de sus obras básicas, busca la transformación moral del ser para mejor, en un proceso que se da de adentro hacia afuera, es decir, el ser humano, en la medida que va despertando para su realidad espiritual, percibe la necesidad de actuar sobre sí mismo, se da cuenta de que el mayor desafío de la criatura humana es superarse a sí mismo, por eso se dedica a esta transformación gradual, que comienza con el conocimiento de sí mismo, de la vida, de Dios, de las criaturas y la Caridad se convierte en la vía más eficaz para esta transformación, porque combate frontalmente el Egoísmo y el Orgullo, que son las dos mayores llagas de la humanidad.

Ley de Justicia, de amor y de caridad

La Ley de Justicia, Amor y Caridad, según “El Libro de los Espíritus”, obra Básica de la Codificación Espírita, recopilada por el distinguido codificador Allan Kardec, es la más importante de todas las leyes porque resume las otras nueve leyes. Esta división de la ley natural en diez partes, cubre todas las circunstancias de la vida. La justicia humana simplemente busca ajustarse a la ley, que en sí misma es fría, es letra muerta, se refiere a una norma. La obediencia ciega a una ley puede conducir a la injusticia, y es en este caso que el amor y la caridad vienen como complemento a la ley de Justicia, ya que amar al prójimo es hacerle todo el bien que nos gustaría que nos hicieran.

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¿Cómo podemos hacer caridad?

Podremos practicar la caridad en sus más variados niveles, comenzando por la donación de recursos monetarios, sin la implicación más directa con los necesitados, pasando por hacer parte integral de las acciones caritativas, yendo al encuentro de los necesitados entregándoles los alimentos, el vestuario y lo que necesitan, continuando hasta el nivel de la caridad moral, donde el sujeto, a pesar de tener una vida acomodada y confortable, interna el dolor moral y sufre esencialmente los dolores y sufrimientos del alma, cabiendo a los que desean ayudar, en muchos casos, saber descubrir estos dolores y tener la sutileza de no demostrar la ayuda concedida, a fin de no causar aún más dolores a aquel  que ya sufre los dolores de las desgracias, haciéndoles exponer su dolor. La caridad bien practicada es como un perfume en el aire, sentimos el aroma, aunque no sepamos de dónde viene.

Caridad en el hogar

Sin embargo, es en el hogar donde se encuentra el mayor de todos los desafíos cuando se trata de caridad. En la familia consanguínea, en el hogar están los seres con los que todos tenemos compromisos, del presente o del pasado. A través de la Reencarnación, todos estamos inseridos en la familia que necesitamos. En el hogar reencontramos los amores de antaño y también los desafectos y enemigos del pasado, que hoy retornan en forma de hijos, hijas, cónyuges, etc., haciendo de la caridad una gran aliada en la nueva caminada. La conciencia de que somos seres que venimos de un largo viaje, a veces en el cuerpo, a veces fuera de él, es de fundamental importancia, ya que nos ayuda a comprender aparentes anomalías y convivencias altamente desafiantes, si no desastrosas, por los fracasos vividos en el pasado. La caridad en el hogar nos ayudará en el desarrollo de la paciencia, de la tolerancia, para que lentamente se conquiste el amor que tiene sublimado el calvario de muchas almas nobles que se vistieron principalmente de madres, pero también de padres, hermanos, etc…

Actos de caridad en el día a día

En nuestro día a día, podemos desarrollar actos de caridad de muchas formas. Como la naturaleza no da saltos, podremos empezar con amabilidad, en pequeños gestos hacia los que pasan por nuestro camino. Estas acciones aparentemente insignificantes, como pedir permiso, agradecer, ceder el asiento, abrir la puerta para que entre el otro, además de no costarnos casi nada, demuestran una voluntad de nuestra parte de ser mejores, porque cuando pensamos en realizar estos actos, estamos moviendo energías, a través de nuestra voluntad, nuestros pensamientos, y poco a poco modificaremos nuestra psique, nuestro campo vibratorio, volviéndonos personas más amables, más simpáticas, extrovertidas, nos acostumbraremos a involucrarnos y participar más del mundo a nuestro alrededor, condiciones básicas para hacer caridad.

Caridad en obras sociales

La caridad en las obras sociales es un factor preponderante para el mantenimiento de las actividades. Como estas instituciones no tienen como objetivo el lucro, tienen como principal objetivo, la caridad y promoción de las personas que la buscan para ser ayudadas, de esta manera, las donaciones de los “anónimos” son fundamentales para que estos verdaderos talleres de almas, se mantengan, además para ser canales para la caridad en su anonimato, como recomienda el Evangelio de Jesús. También podemos hacer caridad con la más valiosa de todas las monedas, donándonos a nosotros mismos, sí, donándonos en forma de trabajo voluntario, destacando algunas horas, o turnos, o incluso hasta días, en la semana y donándose a instituciones que promueven el bien, guarderías, asilos, hospitales, etc., sublimándonos en la forja en nuestro ser de la verdadera familia, la familia universal.

Uno de los mayores ejemplos de obras caritativas en Brasil y en el mundo

Uno de los mayores ejemplos de obras caritativas en Brasil y en el mundo es la Mansão do Caminho (Mansión del Camino), ubicada en Salvador-BA, la institución atiende, gratuitamente, a cerca de 3.200 niños y adolescentes por día, además de adultos y ancianos carentes (totalizando aproximadamente 5.000 personas), con servicios como: educación, alimentación, salud, entre otros.

¿Cómo ayudar a la Mansão do Caminho (Mansión del Camino)?

Podremos ejercitar la caridad ayudando a esta monumental obra de educación y asistencia social, la Mansión del Camino, en Salvador/BA, que atiende diariamente a miles de niños y jóvenes de las comunidades necesitadas de Salvador, proporcionándoles pan para el cuerpo y para el espíritu. Una referencia en la educación, la Mansão do Caminho (Mansión del Camino) se destaca por ser un complejo y tener desde un centro de parto, pasando por guardería, la escuela primaria, la escuela secundaria y en breve enseñanza superior, además de numerosos talleres profesionales, dignos de ser comparados con cualquier país llamado de primer mundo.

Existen varias maneras de ayudar a la Mansão do Caminho (Mansión del Camino), puede ser a través de: donaciones financieras, compra de libros, suscripción a la plataforma Espiritismo Play y otros tipos de donaciones, para obtener más informaciones y colaborar, accese: https://mansaodocaminho.com.br/colabore/doacoes/

¿Después de todo, ¿cuál es el verdadero significado de la caridad?

El verdadero significado de la caridad como Jesús entendía, según «El Libro de los Espíritus», en la pregunta 886, es benevolencia para con todos, indulgencia para las imperfecciones ajenas, perdón de las ofensas.

Esta respuesta de Jesús, nos demuestra que aunque imperfectos que somos todos, estamos en el camino, como hijos de Dios, somos caminantes legítimos a los cuales está reservada la plenitud, o el Reino de Dios, o el estado del Nirvana, como afirman los orientales y que depende de los esfuerzos de cada uno, para llegar a esta etapa. Pero es reconfortante comprender a través de las enseñanzas del maestro de Nazaret que todos somos creados destinados a la perfección, la cual algún día alcanzaremos, y que depende de nuestros esfuerzos personales para avanzar y en particular el hecho de que, este Padre que nos creó, soberanamente justo y bueno, siempre nos concede una nueva oportunidad y que por mucho que descuidemos , por mucho que posterguemos nuestro despertar, siempre podemos contar con este amor incondicional, pues nuestro final, es la perfección.

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Conclusión

En conclusión, podemos afirmar que, por más que transcurran los milenios, los dichos de nuestro modelo y guía, Jesús, son siempre actuales, porque los valores que ennoblecen al ser nunca cambian y los desafíos siguen siendo los mismos a lo largo de los milenios. El verdadero y más grande desafío de la criatura humana sigue siendo «superarse a sí mismo» y sin caridad este desafío se vuelve insuperable. Direccionemos nuestros mejores recursos en la práctica de la caridad y cosechemos los frutos benignos del amor por el arduo camino de la ascensión que todos debemos seguir.

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